viernes, 14 de septiembre de 2018

EL ACOMPAÑANTE (relato)



     Era una estrella pequeñita, como un lucero centelleante en la noche despejada, y de repente se acercó;  tan próximo que parecía que la luna había bajado del firmamento. No había explicación  en la mente del niño, quien junto a su abuelo, sólo miraban hacia arriba anonadados por aquel fenómeno extraño, que como una gigantesca sombrilla blanca los cubría desde arriba. Nunca el camino fue mas oscuro, ni el cielo más estrellado, pero todo se iluminó esa noche.  
    Al otro día, el niño, de sólo cuatro años le pregunto a un amigo de la casa que era eso, señalando el vacío que se forma en el espacio, el mismo espacio que forma las distancias; el amigo no supo nunca qué preguntaba aquel niño.
     Pasó el tiempo.
     El niño había crecido algo. Aprendió a  leer en un solo día; lo enseñaron unos militares que lucharon en la revolución, y que estaban de puesto en un edificio contiguo  a la casa donde vivía; aprendió  justo  en el momento en que lo  pusieron a deletrear la palabra “tomate” al revés; como a todos los niños, le gustaban las aventuras, soñar que viajaba a las estrellas, y jugar a superman.
      Una noche de domingo, todos estaban celebrando fuera de la casa. El niño pululaba entre todos los vecinos del lugar que allí estaban reunidos. Un Jeep con un Militar llegó buscándolo. Era algo normal que los militares de teniente para abajo jugaran tenis de mesa para decidir quien hacia guardia en la noche;  perdió el teniente Mateo, por lo que le tocaría hacer guardia y prepararle  cena  a los dos perros que junto a él cuidarían el lugar.    
      No había noche más oscura que aquella, ni cielo más despejado, cuando un lucero brillante se fue acercando, y se fue haciendo gigantesco sobre sus cabezas; todos lo vieron esta vez, como una inmensa luna alumbrándolo todo.
      Al otro día, los diarios publicaron  la noticia de aquel extraño acontecimiento que fue visto por cientos de personas.
     A partir de entonces, en aquel  poblado se hizo costumbre ver volar extraños   objetos en forma de plato; decían que descendían frente a la casa de un niño  a quien buscaban para que les hiciera compañía en su viaje por las estrellas.



FIN


Pablo Martínez
Dominicano

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