domingo, 7 de octubre de 2007

GAVIOTA TRISTE

Què haces aqui triste gaviota
Què buscas en la tierra
dònde està tu cielo
Este es mi lugar
y el tuyo
Donde se vuela feliz
libre

Yo sè que fuiste cautiva
Ya he visto tus alas rotas
Si a mi has venido
Triste gaviota
Què puedo hacer

Yo tambièn busco tu cielo
Tu mar y tu sol
Y persigo un sueño
Que es la libertad

Y yo tambièn estoy triste
Solo y herido en esta rivera
Con los pies pisando la tierra
Porque al igual que tù
Tampoco puedo volar.


Pablo Martinez
1985

CARRUSEL

¿Qué es la vida? Se preguntó el poeta un día ¿Es acaso el vaivén de las olas del mal y del bien, o es la vida un carrusel del pasado y del presente? Se preguntó el poeta doliente ¿Qué he hecho de mi vida? Tan sólo inventar palabras también inventadas musas. Hablar siempre del amor de una y mil maneras/ de las cosas de la tierra/ de las sombras/de la luz. Decir un fuiste tú Porque siempre hay un culpable Tener un romance con alguien Para contar aventuras Y poder ver a la luna Encontrarle algo nuevo Sabiendo que el universo es viejo Aunque nunca se ha marchitado. Es la vida como la rosa Mitad llanto, mitad verso Es un camino incierto Desemboca en un río Es como un pájaro herido Por su trino adolorido Acecha un gavilán Es la vida un caminar La cima descalzo Es la vida la espera De un eterno ocaso. © Pablo Martínez 1985

RUTINA


No me importa tu olvido
Al pasar los años soy un viejo lobo
Que perdió el olfato en el camino
viviendo apenas de su instinto
No me importa la soledad
Me acostumbrè al recodo de mi puerta
A la espera de la nada como única ilusión
Si me amas o no
¡Qué más da!
No hay mayor lejanía que el limbo
Allí mora mi alma hace tiempo
Desde que dejaste de ser tù
Ay, tu cuerpo voluptuoso
Ay, tu pasión mortal
Ay, los desvelos por las noches
A dónde fueron a parar
El jardín florido se marchitó
Sólo quedan espinas
Y una mueca de dolor
Es tu sonrisa
No me digas que me vas a olvidar
Repitiendo las palabras
Buscando de qué hablar
¿No te das cuenta?
Tú no existe
Yo no existo
Entonces
Muramos en paz



© Pablo Martínez