domingo, 7 de octubre de 2007

RUTINA


No me importa tu olvido
Al pasar los años soy un viejo lobo
Que perdió el olfato en el camino
viviendo apenas de su instinto
No me importa la soledad
Me acostumbrè al recodo de mi puerta
A la espera de la nada como única ilusión
Si me amas o no
¡Qué más da!
No hay mayor lejanía que el limbo
Allí mora mi alma hace tiempo
Desde que dejaste de ser tù
Ay, tu cuerpo voluptuoso
Ay, tu pasión mortal
Ay, los desvelos por las noches
A dónde fueron a parar
El jardín florido se marchitó
Sólo quedan espinas
Y una mueca de dolor
Es tu sonrisa
No me digas que me vas a olvidar
Repitiendo las palabras
Buscando de qué hablar
¿No te das cuenta?
Tú no existe
Yo no existo
Entonces
Muramos en paz



© Pablo Martínez

2 comentarios:

Centro Cultural Poveda dijo...

Sí, muramos en paz, que de muerte en muerte va naciendo la vida.
Eres un gran poeta amigo Pablo, un "tío Alberto", y que bueno!
Isabel

Martha Morgado dijo...

Sin duda el morir en paz es una buena promesa verdad?